FRANCESCO PETRARCA

 

– Lírica italiana y sus autores

Dante, Petrarca y Boccaccio son los tres poetas renacentistas toscanos más importantes de la lírica italiana y son considerados padres de la lírica europea posterior. Con estos autores se establece el Trecento, uno de los períodos fundamentales en el desarrollo de la lengua italiana. Estas son las relaciones que se establecen entre ellos:

Dante y Petrarca: mientras que Petrarca, idealizó a su amada Laura en el Cancionero, también Dante había inmortalizado a su Beatriz en su obra más destacada, la Divina Comedia. Así pues, ambos se ven influenciados por el tópico de la donna angelicata.

Boccaccio y Petrarca: el encuentro de Petrarca con Boccaccio, autor del Decamerón, en Florencia resultó decisivo para sus ideas humanistas, además de que, juntos, constituyeron un momento que intentó rescatar la cultura clásica de los siglos oscuros del Renacimiento.

Dante y Boccaccio: no llegaron a conocerse, ya que ambos eran de distinta época, pero Boccaccio llegó a ser nombrado lector oficial de la Divina Comedia y durante su educación en Nápoles le fue enseñada la vida y obra de Dante.

 

Francesco Petrarca

 

 

1. Vida y obra del autor

Francesco Petrarca fue un poeta y humanista italiano cuya lírica tuvo una influencia posterior en autores como Garcilaso de la Vega, William Shakespeare y Edmund Spenser. Su gran conocimiento acerca de los autores de la antigüedad y su restauración del latín clásico le dieron la reputación del “primer gran humanista”.

El autor nació el 20 de julio de 1304 en Arezzo y falleció el 19 de julio de 1374 en Padua. Durante su infancia, residió en varias ciudades italianas y francesas debido a las persecuciones políticas que sufrió su padre. Así pues, con 8 años se trasladó de la Toscana a Aviñón y pasó su juventud en la Provenza asimilando la poesía trovadoresca. En 1316 comenzó a estudiar derecho en Montpellier y después pasó a la universidad de Bolonia, donde manifestó su interés por la literatura latina clásica. Tras la muerte de su padre en 1326, regresó a Aviñón y pronunció allí sus votos eclesiásticos.

Tal y como relata en su autobiografía y en el Cancionero, el 6 de abril de 1327 Francesco vio en la iglesia de Santa Clara de Aviñón a Laura y se enamoró profundamente de ella. Desde entonces, esta se convirtió en la protagonista de sus poemas líricos y en la mujer idealizada del poeta. Le inspiraba tal pasión, que el autor le dedicó más de trescientos sonetos reunidos en un “Cancionero” que, a su vez, se dividía en dos partes:  “Rime in vita di Laura” y “Rime in morte di Laura”.

La mayor parte de su vida transcurrió al servicio de la iglesia y de la familia Visconti, y finalmente le regalaron una villa cercana a Arqua, en la que pasó los últimos años de su vida. Su fama adquirida se debe a su importancia como autor latino y a los poemas recogidos en el Cancionero, que contribuyeron a revalorizar la lengua vulgar como lengua poética.

Su producción podría dividirse en dos grupos: obras en latín y en lenguaje vulgar, y su influencia dio lugar a la corriente del petrarquismo. Destaca el poema de África, las doce églogas que componen el Bucolicum Carmen y sus biografías de personajes clásicos (De viris illustribus), además del Cancionero. En la primera parte de este se refleja la sensualidad y el tormento del poeta, mientras que, tras la muerte de Laura, el amor se expresa como una adoración espiritual hacia ella.

 

2. El Cancionero de Petrarca

Esta es la obra más conocida de Francesco Petrarca, quien la compuso en el lenguaje vulgar toscano con tal de idealizar a la mujer de la que estaba enamorado: Laura. Como hemos visto anteriormente, el Cancionero consta de 366 fragmentos que se recogen en dos partes: las rimas en vida de Madonna Laura y las rimas tras la muerte de Madonna Laura.

La obra es perteneciente al siglo XIV y fue publicada por primera vez en Venecia en 1470. Los poemas no son únicamente de carácter amoroso, sino también de amistad, política, morales, patrióticos e incluso de anécdotas. El lenguaje del Cancionero se caracteriza por la vaguedad y simplificación y en la métrica se incluyen 5 formas: balada, sextina, madrigal, canción y soneto.

Estos son algunos de los poemas del Cancionero analizados según sus recursos expresivos y sus tópicos literarios:

 

 

Fragmento I

Los que escucháis en rimas el desvelo

del suspirar que al corazón nutriera (Personificación)

al primer yerro de la edad primera,

cuando era en parte otro del que hoy suelo;

 

del vario estilo con que hablo y celo,

entre el dolor y la esperanza huera, (Antítesis)

de aquel que, porque amó, de amor supiera,

no ya perdón, sino piedad anhelo (Hipérbaton)

 

Mas ya del vulgo veo cómo en boca

fábula fui gran tiempo en que a menudo (Metáfora)

de mí mismo conmigo me sonrojo;

 

y que es el fruto que mi furia toca,

vergüenza porque entiendo ya y no dudo

que es breve sueño todo humano antojo (Hipérbaton)

En este fragmento, el poeta acude al pasado para recordar el hombre que fue y los errores que cometió de los que se siente avergonzado y expresa arrepentimiento. El tópico que prevalece es el del paso del tiempo (fugit irreparabile tempus).

 

Fragmento XVII

Me llueve amargo llanto de la cara (Alusión)

con un viento angustioso de suspiros,

cuando oso por los ojos recibiros,

pues sois vos quien del mundo me separa (Hipérbaton)

 

Es cierto que mi angustia aquieta y para

el dulce y apacible sonreíros,

y embelesado en ella al distinguiros

del fuego del martirio me repara.

 

Pero después mi espíritu se hiela (Metáfora sinestésica)

al ver que, al yo partir, con gestos suaves

mi luz fatal de mí apartáis tirana (Hipérbaton)

 

Soltada al fin por amorosas llaves (Personificación)

tras vos del corazón el alma vuela

y de él meditativa se desgrana.

El autor expresa su dolor al ver que su amor no es correspondido y su amada no valora siquiera ni lamenta su partida. Los tópicos presentes son la miseria del hombre, en este caso del autor, (miseria hominis) y la invocación a algunos medios de la naturaleza.

 

Fragmento XXV

Lloraba Amor y yo con él lloraba, (Personificación)

del cual mis pasos nunca andan lejanos,

viendo que, por efectos inhumanos,

vuestra alma de sus lazos suelta andaba (Hipérbaton)

 

Ahora que al recto andar Dios os la clava, (Hipérbaton)

devoto alzando al cielo entrambas manos,

doy gracias de que Él ruegos humanos,

al fin, por escuchar benigno acaba.

 

Y si, volviendo a la amorosa vida,

porque dieseis la espalda a ese deseo,

hallasteis por la senda foso o loma,

 

fue por mostrar cuán áspero el rodeo, (Metáfora sinestésica)

y cuán alpestre y dura es la subida,

donde el valor sublime el hombre toma (Epíteto)

Una vez más el poeta se siente desdichado acerca del amor del que parece no poder alejarse y exalta el coraje del hombre enamorado que logra superar las dificultades del camino. Tópicos: el hombre como viajero (homo viator) y la invocación a la naturaleza.

 

Fragmento XL

Si Amor o Muerte no dañan en nada (Antítesis)

la tela novedosa que ahora tejo,

y si me zafo del porfiado cejo

mientras la dejo de verdad calada;

 

haré quizás labor tan bien trabada

del nuevo estilo y del discurso viejo, (Antítesis)

que, aunque atrevido y con temor, festejo

que aun Roma su prestigio oirá asombrada. (Encabalgamiento)

 

Mas pues que para el fin de sus palabras

alguna hebra me falta bendecida

de aquellas que a mi amado padre sobra,

 

¿por qué muestras tu mano así encogida, (Interrogación retórica)

cual no sueles? Te ruego que la abras; y

verás al fin salir hermosa obra (Epíteto)

El tópico destacado es el Carpe Diem, pues el autor pretende dejar a un lado la vida y la muerte para dar más importancia a otros detalles.

 

 

Fragmento XLIX

Por más que te guardé de la mentira

y tanto en cuanto pude te haya honrado,

ingrata lengua, nunca me has premiado (Personificación)

y he hallado a cambio en ti vergüenza e ira;

 

que, cuando más tener mi amor aspira

ayuda en ti, más fría te has mostrado, (Encabalgamiento)

y si has palabra alguna articulado (Hipérbole)

delirio igual fue a aquel que el sueño inspira.

 

También, lágrimas vos, la noche entera (Personificación)

me acompañáis, aunque estar solo anhelo;

y huis luego ante aquella en que paz hallo; (Pleonasmo)

 

y vos, suspiros, prestos en dar duelo, (Personificación)

salís ante ella entrecortados fuera;

en solo el gesto el corazón no callo.

El poeta se siente deshonrado y sufre, como de costumbre, por ese amor tan anhelado que no es jamás correspondido. Tópicos: miseria hominis y desprecio del mundo (contemptus mundi)

 

Fragmento LXXIV

Estoy cansado ya de pensar cómo

no estoy aún de pensar en vos cansado, (Poliptoton)

y cómo aún la vida no he dejado,

si en ella entre suspiros me carcomo;

 

y cómo, porque de ellos alma tomo, (Anáfora)

para ojos y cabello y gesto amado, (Polisíndeton)

jamás ni voz ni lengua me ha faltado

que os diesen de callar un día asomo;

 

y cómo sin fatiga en vano huello (Anáfora)

allá donde vais vos sin que me aparte

saber que gasto en vano mi resuello;

y, al fin, de dónde tinta y papel parte

que a vos consagro. Si fallase en ello,

culpa será de Amor y no del Arte (Personificación)

Al igual que el anterior, este poema se caracteriza por hacer uso del contemptus mundi y la miseria hominis.

 

 

Fragmento CXXXIV

Ni encuentro paz ni puedo hacerle guerra; (Antítesis)

y ardo y soy hielo; y todo oso y aplazo; (Polisíndeton)

y vuelo sobre el cielo y yazgo en tierra;

y nada estrecho y todo el mundo abrazo.

 

Me da prisión que nunca abre ni cierra,

no me sujeta a él ni afloja el lazo;

y no me mata Amor ni me deshierra; (Personificación)

ni la vida me da ni acorta el plazo.

 

Veo sin ojos, y sin lengua grito; (Metáfora)

y pido ayuda y a mi muerte aliento;

y me odio y amo a otro hasta la hartura. (Antítesis)

Río llorando, en el dolor me ahíto;

un odio igual por vida y muerte siento (Antítesis)

En tal estado estoy por vos, señora.

 

Fragmento CLVII

Aquel día siempre amargo y señalado (Epíteto)

tanto en mí grabó su imagen viva, (Hipérbaton)

que, aun cuando no hay pincel que lo describa,

me acuerdo de él con puntual cuidado.

 

El gesto que de gracia hubiese ornado

y el dulce llanto en que pensoso iba,

hacían dudar si era deidad altiva

o mujer, quien el cielo había calmado (Hipérbole)

 

El gesto ardiente nieve, la crin oro, (Oxímoron)

las cejas ébano, y los ojos soles, (Retrato)

por los que al arco Amor no yerra el tiro;

 

perlas y rosas en que el mal que adoro

formaba ardiente voz entre arreboles;

cristal su llanto, llama su suspiro.

En este poema, el autor hace memoria del día en el que conoció a su amada, por lo que destaca el paso del tiempo (fugit irreparabile tempus) y la exaltación de la donna angelicata.

 

Fragmento CCCXLIX

A veces creo escuchar el mensajero

de mi señora, que me está llamando;

¡tanto por dentro y fuera voy mudando, (Metáfora)

y tanto ando de poco lastimero,

 

que apenas veo en mí quien fui primero!

Todo el vivir antiguo he ido olvidando.

¡Ay si pudiera al fin saber el cuándo! (Exclamación)

Mas debe cerca andar ya el día postrero (Alusión a la muerte)

 

Oh feliz sea, cuando alzando el vuelo

desta terrena cárcel, deje rota

esta frágil mortal ropa de ahora;

 

y, alejando la tiniebla en la derrota,

vuele tan alto hasta el sereno cielo, (Metáfora)

que vea a mi Señor y a mi señora.

Tópicos: amor post mortem como expresa el delirio del poeta por la ausencia de su amada, miseria hominis, contemptus mundi y memento mori como recordatorio de que la muerte está al acecho.

 

Fragmento CCCLXIII

Muerte ha apagado el Sol que me cegaba, (Personificación)

y en tinieblas mi vista ha hecho sumirse;

roble y olmo el laurel veo convertirse;

tierra es la que frío y calor daba: (Antítesis)

 

y, viendo así mi bien, el mal no acaba.

No es ya quien hace en el temor hundirse

mi cuidado, o helarse o consumirse, (Encabalgamiento)

ni quien de fe lo llena o daño agrava.

 

Fuera del alcance del que inferna,

que me hizo largo daño, hoy amanezco (Epíteto)

y me hallo en libertad amarga y tierna;

 

y ante el Señor al que amo y agradezco,

que el Cielo con el ceño ata y gobierna,

cansado y satisfecho comparezco.

Tópicos: miseria hominis, contemptus mundi, quotidie morimur y memento mori (todos ellos relacionados con la miseria del autor y con la muerte).

Priscila Vázquez Reinaldo

 

Francesco Petrarca.

– DANTE Y BOCACCIO.

DANTE ALIGHIERI.

Durante sus años de estudio Dante Alighieri coincidió con el poeta Guido Cavalcanti, representante del dolce stil nuovo, unos quince años mayor que él, con quien intimó y de quien se convirtió en discípulo. Según explica en su autobiografía más o menos recreada poéticamente Vida nueva, en 1274 vio por primera vez a Beatriz Portinari, cuando ella contaba ocho años y él tan sólo uno más; el apasionado y platónico enamoramiento de Dante tendría lugar al coincidir de nuevo con ella nueve años más tarde.

 

 

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En 1290 murió Beatriz, y un año más tarde Dante contrajo matrimonio con Gemma di Manetto, con quien tuvo cuatro hijos. En 1295 se inscribió en el gremio de médicos y boticarios, y a partir del mes de noviembre empezó a interesarse por la política municipal florentina; entre mayo y septiembre del año siguiente fue miembro del Consejo de los Ciento, y en 1298 participó en la firma del tratado de paz con Arezzo. En 1300, y en calidad de embajador, se trasladó a San Gimignano para negociar la visita de representantes de la Liga Güelfa a Florencia, y entre el 15 de junio y el 14 de agosto ocupó el cargo de prior, máxima magistratura florentina.

En octubre de 1301, y tras oponerse al envío de tropas para ayudar al papa Bonifacio VIII, Dante fue designado embajador ante el pontífice, a quien ofreció un tratado de paz. El Papa, sin embargo, lo retuvo en Roma en contra de su voluntad, con la intención de ayudar en Florencia a la facción güelfa opuesta a la de Dante, sector que a la postre se hizo con el control de la ciudad y desterró a sus oponentes. Acusado de malversación de fondos, Dante fue condenado a multa, expropiación y exilio, y más tarde a muerte en caso de que regresara a Florencia.

A partir de esta fecha Dante inició un largo exilio que iba a durar el resto de su vida: residió en Verona, Padua, Rímini, Lucca y, finalmente, Ravena, ciudad en la cual fue huésped de Guido Novello de Polenta y donde permaneció hasta su muerte.

La influencia de la poesía trovadoresca y estilnovista sobre Dante Alighieri queda reflejada en su Vida nueva, conjunto de poemas y prosas dirigidos a Beatriz, razón de la vida del poeta y también de sus tormentos, y sus Rime Petrose, dirigidas a una amada supuesta, a la que escribe sólo para disimular ante los demás su verdadero amor. No cabe destacar su obra cumbre `La Divina Comedia´, siendo una de las obras más reconocidas en literatura universal.

GIOVANNI BOCCACCIO.

Escritor italiano. Hijo natural del mercader y banquero florentino Boccaccio da Chellino, agente de la poderosa compañía financiera de los Bardi, no conoció la identidad de su madre. Las leyendas que el propio Boccaccio se encargó de difundir acerca de su vida no permiten determinar si nació en París, Certaldo o Florencia. Lo cierto es que creció en esta última ciudad, en el barrio de San Pietro Maggiore, y fue educado por Giovanni Mazzuoli da Strada, quien le inculcó la pasión por Dante que lo dominaría toda su vida.

boccaccio

Se sitúa su obra maestra, ‘El Decamerón’, centrada en la figura cambiante y fascinadora de Fiammetta, hija ilegítima de Roberto de Anjou, y en sus propias aventuras juveniles, debidamente enriquecidas mediante brillantes ornamentos literarios e invenciones de todo tipo. El personaje de Fiammetta, a quien el autor pretendió haber amado, recorre obsesivamente toda su literatura anterior.

La peste que asoló Florencia en 1348 le inspiró la idea de El decamerón, que redactó entre ese año y el de 1353. La obra obtuvo un gran éxito, lo cual le valió, en adelante, ser promovido con frecuencia a cargos oficiales honoríficos. Desempeñó funciones de embajador, primero en Aviñón y luego en Roma. De esos años son Poema bucólico, conjunto de dieciséis églogas compuestas en latín e inspiradas en Virgilio, y dos obras de signo totalmente opuesto: Corbacho, violenta sátira social y sexual, y De las mujeres notables, que contiene una larga serie de edificantes biografías femeninas. En 1362, sin haber resuelto sus problemas financieros, se retiró a Certaldo, donde sufrió una crisis espiritual que lo llevó a renegar de El decamerón y a volcarse en el estudio y en las prácticas piadosas. Tras ser ordenado sacerdote, pasó a ocupar el cargo de confesor en 1360.

El humanismo que caracteriza las obras de madurez de Boccaccio, dedicado a comentar la obra de Dante en la iglesia de San Stefano de Badia por encargo de la nobleza florentina y a confeccionar una erudita compilación de la mitología clásica, se anticipa en buena medida al pensamiento y a la cultura renacentistas. Ese giro humanístico y religioso guarda relación con la amistad que por esos años entabló con Petrarca, cuya muerte, acaecida en octubre de 1374, lo sumió en una profunda tristeza.

FRANCESCO PETRARCA.

– Vida.

Poeta y humanista italiano. Durante su niñez y su primera adolescencia residió en distintas ciudades italianas y francesas, debido a las persecuciones políticas de que fue objeto su padre, adherido al partido negro güelfo. Cursó estudios de leyes en Carpentras, Montpellier, Bolonia y Aviñón, si bien nunca consiguió graduarse.pppp

     Su producción puede dividirse en dos grupos: obras en latín y obras en lengua vulgar. Las primeras fueron las que le reportaron mayor éxito en vida, y en ellas cifraba Petrarca sus aspiraciones a la fama. Cabe destacar en este apartado el poema en hexámetros África, que dejó inacabado y en el que rescata el estilo de Tito Livio, las doce églogas que componen el Bucolicum carmen y la serie de biografías de personajes clásicos titulada De viris illustribus. Reflejo de sus inquietudes espirituales son los diálogos ficticios con san Agustín recogidos en el Secretum.

    Petrarca logró en vida una importante fama como autor latino y humanista, tal como prueba su coronación en Roma como poeta, en 1341. Sin embargo, sus poemas en lengua vulgar recogidos en el Cancionero fueron los que le dieron fama inmortal. Aunque él los llamaba nugae (pasatiempos), lo cierto es que nunca dejó de retocarlos, y preocuparse por su articulación en una obra conjunta, lo cual denota una voluntad de estilo que por otra parte resulta evidente en cada una de las composiciones, de técnica perfecta y que contribuyeron grandemente a revalorizar la lengua vulgar como lengua poética.

– Obra.

Su obra principal es el ‘Canzoniere’ (Cancionero), publicado originariamente con el nombre de ‘Rime in vita e Rime in morte de Madonna Laura’ y que fue ampliando con el transcurso de los años. Es aquí donde Laura se constituye en el objeto idealizado de su amor, representante de las virtudes cristianas y de la belleza de la antigüedad. Posteriormente se denominaría Cancionero petrarquista a las colecciones de poemas líricos creadas por diferentes autores a manera del Canzoniere del Petrarca.

Los poemas del Cancionero fueron escritos en italiano y se trata de una colección de más de trescientos sonetos y otros poemas (canciones, sextinas, baladas y madrigales), la mayoría de los cuales revelan la historia de su pasión por Laura y los avatares y estados espirituales y emocionales por que atravesó, incluso después de la muerte de su amada, cuando su recuerdo la transforma en un ángel (donna angelicata) que intercede a Dios por él para transformar su pecaminoso amor profano en amor divino a la sabiduría y la moral.

En la primera parte las poesías reflejan la sensualidad y el tormento apasionado del poeta, mientras que tras la muerte de Laura, acontecida según declara el poeta en 1348, su amor resulta sublimado en una adoración espiritual. Petrarca supo escapar a la retórica cortés del amor, transmitiendo un aliento más sincero a sus versos, sobre todo gracias a sus imágenes, de gran fuerza y originalidad.

 

      Se abre con un soneto a modo de prólogo Los que escucháis en rimas el desvelo en el que el poeta presenta su obra como el fruto de su primer error juvenil y que, tras pedir la disculpa de su lector, se cierra con el tópico del vanitas vanitatis (que cuanto agrada al mundo es breve sueño). Y tras esa composición, el poeta expone la intensidad de su amor en el poema II.

Porque una hermosa en mí quiso vengarse
y enmendar mil ofensas en un día,
escondido el Amor su arco traía
como el que espera el tiempo de ensañarse.

En mi pecho, do suele cobijarse,
mi virtud pecho y ojos defendía
cuando el golpe mortal, donde solía
mellarse cualquier dardo fue a encajarse.

Pero aturdida en el primer asalto,
sentí que tiempo y fuerza le faltaba
para que en la ocasión pudiera armarme,

o en el collado fatigoso y alto
esquivar el dolor que me asaltaba,
del que hoy quisiera, y no puedo, guardarme

      A lo largo del Cancionero, Petrarca va componiendo los tópicos de la poesía amorosa. Especialmente célebre es el fragmento XXXV en que desarrolla el tópico del amante que huye de todo y solo es incapaz de esquivar su propio Amor:

Solo y penoso los más yermos prados
midiendo voy a paso tardo y lento,
y acecho con los ojos para atento
huir de aquellos por el hombre hollados.

Otro alivio no encuentro en mis cuidados
que me aparte del público escarmiento,
porque en los actos del dolor que aliento
muestro traer los pasos abrasados;

tanto que creo ya que montes, llanos,
selvas y ríos saben los extremos
de vida que he ocultado a otro testigo.

Mas no sé hallar senderos tan lejanos,
tan ásperos que siempre no marchemos
yo hablando con Amor y Amor conmigo.

     Y los tercetos del fragmento CLVII desglosan el canon de la belleza femenina:

El gesto ardiente nieve, la crin oro,
las cejas ébano, y los ojos soles,
por los que al arco Amor no ha errado el tiro;

perlas y rosas en que el mal que adoro
formaba ardiente voz entre arreboles;
cristal su llanto, llama su suspiro.

     En la segunda parte de la obra, ante la desolación por su muerte, Petrarca obra en Laura un proceso de beatrización que en sueños o en la imaginación lo consuela y le promete la unión eterna en el cielo. Así en la rima CCCII:

Me alzó mi pensamiento adonde era
la que busco y no hallo ya en la tierra,
y allí entre los que tercio cielo encierra
la vi más bella y menos altanera.

Tomó mi mano y dijo: «En esta esfera
serás conmigo, si el afán no yerra:
que soy quien te dio en vida tanta guerra
y acabó el día antes que el sol cayera.

Mi bien no cabe en pensamiento humano:
solo a ti aguardo, y lo que amaste loco,
que un bello velo fue, quedó en el suelo».

Mas, ¡ay! ¿por qué me desasió la mano?
Que, al eco de su acento, faltó poco
para que me quedase allá en el cielo.

    Cancionero se cierra con un arrepentimiento absoluto por haber amado:

Llorando voy los tiempos ya pasados
que malgasté en amar cosas del suelo,
en vez de haberme levantado en vuelo
sin dar de mí ejemplos tan menguados.

Tú, que mis males viste porfiados,
invisible e inmortal, Señor del cielo,
Tu ayuda presta al alma y Tu consuelo,
y sana con Tu Gracia mis pecados;

tal que, si viví en tormenta y guerra,
muera en bonanza y paz; si mal la andanza,
bueno sea al menos el dejar la tierra.

Lo poco que de vida ya me alcanza
y el morir con Tu presta mano aferra;
Tú sabes que en Ti sólo hallo esperanza.

Sofía Gómez Goumri BH1C.

¡Bienvenidos!

En este blog iremos publicando nuestros trabajos de Literatura Universal durante este año de 1º de Bachillerato. Si queréis ver algún trabajo, simplemente mirad en la barra de la derecha, y haced click en el trabajo que queráis ver. Esperamos que os gusten e incluso os sirvan de ayuda.

Ya que serán trabajos colaborativos, los nombres de las autoras serán publicados bajo cada entrada en cursiva.

Close-up of antique books in leather covers, studio shot
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«Adquirir el hábito de la lectura es construirse un refugio contra casi todas las miserias de la vida.»

William Somerset Maugham

 

 

Entrada realizada por: Isabel Castillo, Claudia Gallardo, Priscila Vázquez y Julia Melgares